Historia de la cooperativa

La historia de COPRORIZ-Ntende comenzó en 2003 cuando se constituyó como asociación, convirtiéndose en cooperativa en 2005. Hoy cuenta con 3.761 socios, de los cuales 2.450 son hombres y 1.311 son mujeres (34%). Los inicios están relacionados con una intervención del gobierno que transformó los territorios de Ntende en 2003. En aquel momento, las poblaciones locales utilizaban amplias extensiones de tierra para cultivar principalmente batatas, pero esto no producía lo suficiente ni siquiera para el consumo doméstico. Como consecuencia, había una gran pobreza y hambruna. La intervención del gobierno consistió principalmente en la construcción de una presa y la creación de un pantano, y se animó a los agricultores a reunirse y cultivar esas tierras. Las cosas fueron difíciles al principio. Aunque los agricultores estaban muy motivados para mejorar su bienestar, tenían escasas habilidades tanto a nivel de producción como de gestión. Además, ni siquiera se hablaban entre ellos debido a la desconfianza que les había dejado el genocidio. Sin embargo, el deseo de trabajar juntos superando las divisiones internas atrajo fondos y formación proporcionados por agentes externos. Este fue un punto de inflexión en la historia de COPRORIZ-Ntende. Los agricultores empezaron a cultivar arroz y, poco a poco, aprendieron a aumentar la producción de arroz, a controlar las plagas y, sobre todo, a gestionar una cooperativa que se ajustase a los siete principios cooperativos. Uno de los éxitos de la cooperativa ha sido la dinámica de inversiones en la misma cooperativa para mejorar los servicios a los socios (por ejemplo, servicios financieros, seguros de salud, planes de pensiones, formación) y ampliar el modelo de negocio. Por ejemplo, han construido un hotel gestionado por la cooperativa y están en marcha otras inversiones, como un proyecto de cría de aves de corral y la fundación de una asociación agrícola compuesta por los hijos de los socios que, tras finalizar sus estudios, se dedican a actividades de pesca en la presa para obtener sus propios ingresos.

Otro momento importante para la historia de la cooperativa fue cuando sus miembros consiguieron un contrato con un comprador nacional que les aseguró un acceso rentable al mercado del arroz. En la actualidad, la cooperativa genera un excedente anual de 40 millones de RWF (44.300 USD) con la producción de arroz y otros 60 millones de RWF (66.500 USD) con el hotel. Esto es crucial, ya que no sólo significa que el nivel de servicios garantizados a los miembros no se ve afectado en caso de una mala cosecha, sino que la cooperativa puede satisfacer las necesidades emergentes.

Puntos clave

• Las cooperativas creadas a través de un proceso ascendente tienen más probabilidades de sobrevivir y funcionar bien que las que se inician con iniciativas externas. Sin embargo, Coproritz demuestra que en algunas circunstancias también es posible desarrollar una cooperativa sostenible, incluso en ausencia de una acción colectiva local inicial. Esto ocurrió principalmente gracias a líderes comprometidos y visionarios que lograron reconstruir la confianza y motivar a los agricultores, pero también gracias al buen apoyo de actores externos que proporcionaron una formación eficaz.
• El papel de las mujeres en Ruanda es impresionante. Tras el genocidio, se convirtieron en la columna vertebral del desarrollo del país. La formación dirigida a las mujeres tuvo un papel importante para apoyarlas en su proceso de autodesarrollo y en su participación activa en la cooperativa. Dentro de la cooperativa, también tienen su propia comisión donde discuten temas de su interés específico. Sin embargo, sería deseable una mayor representación a nivel de liderazgo también para la cooperativa COPRORIZ-Ntende. 
• Invertir de forma responsable para prestar servicios a los socios en función de sus necesidades ha sido crucial para el desarrollo de las cooperativas. La historia de esta cooperativa muestra cómo las cooperativas son capaces de generar inversiones a través del capital social y los préstamos. Además, al crear viabilidad financiera y prestar servicios eficaces a sus socios, se consigue aumentar la disposición de los socios a reinvertir en la propia cooperativa, generando un círculo virtuoso de inversión responsable y desarrollo sostenible.